LA DANZA EN EL BOSQUE En el bosque se ocultaba el misterio de una vida que fresca se consumía en el Cristo que buscaba. Paso a paso lo adoraba estaba cayendo el día y el corazón le latía porque su Amor lo embriagaba. Francisco, fiel peregrino por un sendero de aromas siente al Señor que se asoma y transforma su camino. Los abetos que se yerguen como gigantes al cielo le ofrecen a Dios su celo y en las alturas se pierden. Ermitaños solitarios de adoración y silencio alzan sus brazos de incienso al cielo para alabarlo. Es el coro que a Francisco embriaga con su frescura y despierta la ternura que lo deleita en su Cristo. Bosque, sendero y plegaria un corazón que se eleva, la mente que al Cristo vuela y el bosque que la acompaña. Camina Francisco absorto, los cipreses lo custodian y el caminar se hace historia que se conjuga en nosotros. En su brisa Dios lo envuelve lo perfuma, lo acaricia y le ofrece las delicias del sol que lejos se pierde. Diálogo de enamorados sin palabras, en silencio, contenido en el aliento de un día resucitado. Un claro y el horizonte se abre magnífico en fiesta la tarde ya se recuesta y purpúrea le responde. Le dice que enamorada sigue al sol en su destino pues el amor y el camino la han dejado cautivada. Que va detrás de su amado cabalgando las montañas, que lo lleva en las entrañas de un día que se ha fugado. Que le regala la noche de terciopelo encantado en la que el cielo estrellado canta y danza en su derroche. Parte la tarde y la luna se enseñorea del bosque, lo besa en mágicos toques y lo envuelve en su blancura. Extasiado está Francisco en el vals de la dulzura que bailan ante sus ojos los abetos y la luna. La danza lo sobrecoge y el corazón le asegura que es danza de amor eterno en un misterio de bruma. Él baila en los sentimientos de libélulas nocturnas y danza en el pensamiento de la noche y su frescura. Abraza el aire y el viento que en su aroma le asegura la presencia en el misterio de su Amor en la penumbra. Penumbra de noche y bosque que en melodías acunan en vals de mágico encuentro su corazón hecho luna. Danza Francisco en la noche la plegaria que lo acuna y se entrega en un suspiro de anhelo, pasión y bruma. Danza Francisco el lamento de su búsqueda nocturna llama a su Amor y lo envuelve la noche con su ternura. El rocío lo bendice empapando su figura bautizándolo en la noche que en su silencio lo acuna.
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LA FUENTE Hay una fuente escondida en un paraje de ensueño y esa fuente tiene un dueño que le da su propia vida. Es una fuente encantada de sol y agua cristalina, solaz para el que camina y vida que no se acaba. sólo en sus aguas se apaga la sed que el alma inhabita, del espíritu que grita al Padre que lo reclama. Camina Francisco el valle de cipreses y misterio peregrino en cautiverio del deseo que lo invade. Va en busca del agua pura que dé razón a sus noches y que anegue en su derroche el pozo azul de su hondura. Camina con sed Francisco por un valle de penumbra en que la luz que lo alumbra bordea su precipicio. Remonta el río del alba hacia su origen y fuente y en su plegaria se siente la sed que le quema el alma. Es sed de Amor absoluto, de entrega sin condiciones, sed de un Amor sin razones en el origen del mundo. Remontan sus pies alados un encrespado sendero que troca el desfiladero en senda de enamorados. No conoce su camino es su instinto que lo mueve el Espíritu que quiere llevarlo hacia su destino. Dicen que la fuente mana de un glacial desconocido que está más allá del río y del sol de la mañana. Que sostenido en el cielo es origen de abundancia y despeja la ignorancia del que se abreva en su seno. Los cóndores lo custodian, guardianes del horizonte y en su plumaje se esconde el sol en toda su gloria. Sólo las águilas llegan a gozar su transparencia y beben en la inocencia que en la altura se renueva. Contempla Francisco el vuelo de los seres escogidos que han hecho en la altura el nido de su pasión y su anhelo. La fuente de sus deseos está delante y lo invita a la plegaria inaudita que busca el Amor primero. Bebe Francisco y entona su cántico enamorado, del corazón entregado al que nunca lo abandona. - Quiero ser un instrumento de paz, de amor y consuelo que exorcice el mundo entero del odio y su sentimiento. - Quiero ser perdón sincero bálsamo de las ofensas quiero ser Fe del que a tientas camina por tu sendero. Llevar tu verdad al mundo en que el error señorea y la alegría sincera para el que ha perdido el rumbo. Donde hay desunión, discordia, sembrar unidad y vida recuperar la osadía de buscar siempre tu gloria. Quiero llevar esperanza al corazón abatido en que el gozo se ha dormido y se perdió la confianza. Comprender al desolado consolar al abatido, sanar el amor herido perdonar siempre a tu lado. Un deseo hecho plegaria en fuente de Amor donado en el manantial buscado por Francisco en la montaña. Corre el río por el bosque entre helechos empapados en verde fresco esperanza en gotas de sol bañados. Y con él baja Francisco su clamor ya fue escuchado su plegaria entretejida de helechos y musgos dorados. Se desliza en las laderas del monte en el que ha encontrado la fuente del Amor puro que brota de su costado. Fuente de paz es Francisco su corazón serenado que palpita por las cumbres de un glacial de sol preñado. Preñado de sol Francisco se quedó y transfigurado atravesado de sol su pecho, sus pies, sus manos. Y en sus ojos una fuente que pacifica el ocaso da de beber a los hombres y hace fecundo su paso.
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