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SÓLO EL AMOR... Jn 14,21-26

Sólo el Amor que te transforma en mi morada
será capaz de encender tus sentimientos
podrá por fin iluminar tus pensamientos
y transformar tu noche en alborada.

Sólo el Amor que es gracia deramada
bendición incesante y agua pura
fuente de consuelo que asegura
y apaga la sed que quema el alma.

Sólo el Amor que te entrego en la Palabra
que recrea el paraíso y su armonía
sólo mi amor cumple en ti la profecía
y te entrega el horizonte en esperanza.

Sólo el Amor realiza en ti mi mandamiento
y te arranca del abismo de la nada
te transforma de mi Espíritu en morada
y purifica tus ofrendas en el templo.

Él es memoria de las cosas que te he dicho
y promesa de mis dones abundantes
la luz que se ilumina en tu semblante
el regalo del Padre que realizo.

El Espíritu que asegura mi presencia
el maestro que descubre mi Palabra
el que enciende el corazón cuando le habla
e ilumina de cielo tu conciencia.

Sólo el Amor que todo lo transforma
la etenidad que inhabita tus entrañas
la comunión en plenitud que te acompaña
la oración y el corazón cuando me nombras.




YO LOS ELEGÍ A USTEDES. Jn 15,12-17

No ustedes a Mi me han elegido
sino que yo los he elegido a ustedes
destinados a mi gracia desde siempre
los llamé para que sean mis amigos.

Con ustedes no he tenido más secreto
que el misterio de mi ser que los trasciende
les he mostrado mi gloria en la simiente
del Reino que germina a cielo abierto.

Amigos para siempre yo los llamo
les he dado mi vida en mi Palabra
en la copa del Amor que se consagra
y en la mesa que los hace mis hermanos.

Les he dado mi sangre como fuente
de la que pueden beber hasta saciarse
la vida para siempre el consagrarse
al Amor con que los amo eternamente.

Yo los envío la mundo porque quiero
que den fruto y permanezca para siempre
ámense como los amo, enteramente,
el Amor que vence el mundo les entrego.




MAGDALENA, ICONO DE LA IGLESIA ESPOSA.

Magdalena, icono de la Iglesia Esposa,
mujer acrisolada en el misterio
liberada por fin del cautiverio
de la enfermedad que encadena poderosa.

Pasó un día por tu vida un ángel bueno
un hombre al que supiste soberano,
con la fuerza del sol entre sus manos
tocó tu alma y eclipsó el invierno.

Purificaba su Palabra tus oídos
como un torrente de pureza y nueva vida
te devolvió en un instante la alegría
y te lanzaste a caminar por su camino.

Él cautivó tu alma y su Belleza
irradiaba ante tus ojos como el cielo
encontrabas en su mirada tu consuelo
y la fuente de la que brota la pureza.

Estaba llena de misericordia
de una bondad más allá de lo encontrado
era la paz del paraíso recobrado
la que en sus ojos se abría a tu memoria.

No dudaste en seguirlo paso a paso
con la fidelidad de una discípula entregada
muy cerca, entre la gente caminabas
contemplando la aurora sin ocaso.

Fielmente en tu silencio recorrías
la encarnación de la Palabra en nuestra historia
tejiendo en tu interior la trayectoria
de aquel que ya era el centro de tu vida.

Tú lo viste rezar y echar demonios
sanar a los tullidos, dar la vista
y a los muertos la luz que resucita
y libera al oprimido de su oprobio.

Fue su condena un puñal que te abrió el alma
un condenado que asume la injusticia
para clavarla en la cruz en que se enjuicia
el corazón del hombre en su mirada.

Fidelidad en el dolor que te desgarra
ver condenado al salvador del mundo
sentir en tu carne el látigo infecundo
que le prepara el surco a la Palabra.

Impotente, se rebela tu mirada
el que libera se somete al mal y al juicio
del insensato poder que en su desquicio
se entrega a una locura inusitada.

Manso cordero, tus ojos lo contemplan,
en la pasión que es camino de la gloria
y su sangre se clava en tu memoria
tú estás allí y los discípulos se alejan.

Estás a los pies de aquel que dio la vida
a los huesos secos de tu cuerpo
al alma que arrancaba de los muertos
al mirarte con Amor un cierto día.

El te bautiza en la sangre que desciende
desde el monte del templo que está herido
herido está de amor el que ha sufrido
la pasión que condena al inocente.

Ante tus ojos tu Amor está clavado
desconcertada tu esperanza, permaneces
a los pies de la injusticia que estremece
tu alma: ver el Amor crucificado.

Son horas de un culto inigualado
fijos los ojos, extasiada la memoria
contemplando en una cruz toda la historia
el Esposo de tu alma traspasado.




Todo Israel lo contempla con tus ojos
en tu mirada está el clamor de los profetas
el desierto ancestral de los ascetas
y los sueños del pobre en sus despojos.

Es la hora de tu fe que no se apaga
la que resiste el momento de la prueba
fidelidad tenaz que se comprueba
en el momento en que te sientes despojada.

Estás ahí y simplemente lo acompañas
como lo has hecho a lo largo de tu vida
pues estar presente y amante es la medida
del fuego que te quema las entrañas.

Es su cuerpo el que comulga tu mirada
cuando besas con los ojos sus heridas,
es su sangre que se vuelve eucaristía
la que bebe tu corazón que se desgarra.

En tus brazos de Iglesia lo recibes
y es su muerte condición de tu esperanza
porque el Amor que vence al mundo no se alcanza
más que muriendo en la fe que lo concibe.

Lloras, María, la muerte del que vive
son tus lágrimas bautismo de agua viva
la oración del silencio en que palpita
el amor del misterio que concibes.
..........................................

Quién moverá la piedra, te preguntas
y hacia el sepulcro caminas decidida
tu corazón es perfume, ungüento y mirra
no te importan los guardias ni las dudas.

El premio de tu fe que ve el milagro
es un sepulcro vacío de penumbra
y el Amor en la mirada que se alumbra
al descubrir que está vivo el que has buscado.



Abrazada al Amor parece eterno
el momento en que lo aprietas en tus brazos
resucitaron en Él los latigazos
y las llagas son pétalos de incienso.

Un instante en que logras aferrarlo
para quedarte con Él toda tu vida
serás testigo fiel y profecía
del Esposo en el Amor resucitado.

-¡Ve María! Ahora tienes que contarlo
confirmar en la fe a los que han temido
anuncia que el Amor que sido herido
herido está en la luz que lo ha engendrado.

Yo te espero al final de la jornada
del octavo día que comienzas
Yo preparo la casa y será fiesta
y en tu alma, la creación iluminada.




MAGDALENA

El jardín del edén, la Magdalena
que en busca de su Amado se levanta
las flores y los pájaros que cantan
la Pascua que despierta en nueva era.

El jardín del Amor resucitado
de la luz y la alegría del encuentro
y el alma que encuentra su alimento
en el Amor que su anhelo ha cautivado.

Un abrazo con gusto a eternidades
y en los ojos la chispa de la vida
un abrazo de Amor y de alegría
el perfume y el canto de las aves.

Sus besos en tus llagas luminosas
y en su abrazo la esperanza de la vida
en tus ojos la unción que le ofrecía
el rocío de la noche más gloriosa.

El estupor del universo ante el misterio
de Magdalena vuelta Iglesia esposa
recogida en tu mirada cariñosa
que proclama el fin del cautiverio.

Te llevaré conmigo para siempre
prepararé la alcoba de la Alianza
pues en mi se consuma tu esperanza
y el deseo de una vida que no muere.

Pero ahora ve a decirlo a tus hermanos
en tus ojos brillará la luz eterna
es el fuego de un Amor que no se entrega
y que reina en tu vida soberano.

Ve a anunciar que la vida ha despertado
para siempre del lecho de la muerte
que el Señor en su victoria quiere verte
porque es Pascua y está resucitado.




TÚ ERES, SEÑOR, EL CAMINO...

Tú Eres, Señor, el camino,
el que quiero caminar,
el que me llena de gozo
y revela la verdad,
el que enciende en mí la dicha
y alimenta mi cantar.

Eres Tú la senda cierta
que me lleva a contemplar
las maravillas que el Padre
quiso un día regalar
para llenarnos de dones
de su gracia y su bondad.

Me vuelvo en Ti peregrino
y en Ti quiero caminar,
pisar sobre tus pisadas
y en tu Amor peregrinar
hacia la casa del Padre
que prometes habitar.

Me conduce tu Palabra
cuando me pongo a escuchar
la voz que habita en mi alma:
tu Espíritu de verdad,
el que reza en mis adentros
y le dice a Dios: ¡Papá!

Tú vas mostrando el camino
si camino por el mar,
cuando la luna abre un surco
que rompe la oscuridad
y me invita a caminarlo
de tu mano y en tu paz.

Y eres el puerto seguro,
meta de mi navegar,
el faro que me señala
los peligros del andar,
la luz que en el horizonte
me llama a su intimidad.



PROFETA

Su boca abrió como volcán de fuego.
Trono la Palabra en su mensaje
deslumbró la verdad que repetía
con coraje.

Vino del desierto solitario,
del lugar de la prueba y del encuentro
ayunando del mundo fue la Palabra
su alimento.

Derriben del odio las barreras
y llenen el estanque del vacío
con el Amor que viene a liberarlos
del hastío.

Cambien sus vidas solitarias
y descubra en sus rostros al Dios vivo.
Vuelvan su mirada al que los cuida
con cariño.

Dejen el odio, la revancha, el latrocinio.
¡Conviértanse que está cerca el prometido!
El viene a liberarnos para siempre de las fauces
del maligno.

Yo soy la voz y El es el grito
de las piedras, del cielo y de los montes
del mar y las estrellas que proclaman desde siempre
Su nombre.

El es el que trae el fuego de lo alto,
es Él el que bautiza en la pasión divina,
el que los sumerge en la fuente de la vida
cristalina.

Déjense empapar de su Palabra
y envueltos en la profundidad de su misterio
renazcan a la vida que ofrece para siempre
el Cordero.

Yo soy sólo un profeta en el desierto.
El es la eternidad, la profecía.
Yo soy una hoja que se lleva el viento
El es la vida.




VIENES A MÍ, SEÑOR, SOBRE LAS AGUAS...
(Mt 14,22-31)

Vienes a mí, Señor, sobre las aguas,
cuando arrecia en la noche la tormenta,
dueño del trueno, del rayo y la centella,
el que al mar agitado le das calma.

Cuando pienso que duermes te levantas,
si me siento abandonado ya regresas,
cuando el miedo y la duda se me acercan
con tu voz serena y firme los rechazas.

Soy Yo, no tengas miedo que en mi barca
estarás seguro en la tormenta,
ni las olas ni el viento te harán nada

Soy Yo el que en la noche te regala
una estrella que indica mi presencia
y señala el camino hacia mi casa.




CALZADOS SÓLO DE AMOR

Calzados sólo de Amor
con las sandalias del viento
recibiendo su alimento
de las manos del Señor.

Así llamaste a los doce
los enviaste por el mundo
sin indicarles un rumbo
a anunciarte entre los hombres.

Armados con tu poder
sobre espíritus inmundos
ellos recorren el mundo
de dos en dos y de a pie.

Sin nada para el camino
sin bastón, bolsa o dinero
caminantes, pregoneros
de Dios que es nuestro destino.

Anunciadores de paz
que recorren las aldeas
y llevan la primavera
en un anuncio veraz.

Predican la conversión
expulsando los demonios
y la vida en su retoño
se reaviva con la unción.

Los enfermos se reaniman
y recuperan sus fuerzas
y reconocen al verlas
del Señor las maravillas.

Tu Palabra prodigiosa
se refuerza con los signos
y demuestra que eres digno
de adoración y de gloria.

Tú Señor sigues enviando
mensajeros a los hombres
para que anuncien tu Nombre
tus milagros realizando.

Son la voz en la que hablas
proclamando buenas nuevas,
la luz de una nueva era
en que el Sol ya se levanta.

Son rayos de aquella aurora
que ya al final de los tiempos
anuncia en el firmamento
la llegada de tu hora.

yo quiero ser peregrino
y anunciador de tu vida,
quiero llevar tu alegría
enseñando tu camino.

Envíame como a ellos
apóstol de tu Evangelio,
de aquel Amor primigenio
de tu luz y sus destellos.




UN PROFETA DESPRECIADO. (Mc 6,1-6)

Un profeta despreciado
por los que viendo no ven
pues no saben quién es quién,
Jesús los deja asombrados.

Habla con autoridad
explica las escrituras
y en su Palabra segura
resplandece la verdad.

Aquellos que lo conocen
no lo pueden explicar
sus manos pueden sanar
a todos los que lo acogen.

Es un sábado especial
pues entra en la sinagoga
el sol de la nueva aurora
que se está por levantar.

Y en las sombras de lo viejo
el sol comienza a brillar
y no lo puede opacar
la incomprensión y el desprecio.

Sus ojos están cerrados,
su corazón está duro,
demasiado están seguros
en certezas del pasado.

Su culto se ha pervertido
anquilosado en los ritos
y encierra al Dios infinito
en escuelas y partidos.

Jesús, profeta bendito
por los suyos despreciado
a su misión se ha lanzado
con horizonte infinito.


Se queda maravillado
de aquella incredulidad
están ciegos de verdad
su corazón obstinado.

No hizo allí muchos milagros
pues su fe no despertaba,
tan sólo les preocupaba
el cumplimiento sagrado.

Y recorría los pueblos
enseñando la verdad,
mostraba su autoridad
liberando a los enfermos.

Sólo en la fe pueden verlo
y aceptar su profecía
porque la fe da la vida
y permite conocerlo.

Danos Señor fe sincera
para poder conocerte
para amarte y comprenderte
en el tiempo de la espera.




CAMINABAS, SEÑOR, SOBRE LAS AGUAS... (Mc 6,45-52)

Caminabas, Señor, sobre las aguas,
sobre las olas y el mar embravecido
y enfrentabas el viento que, aguerrido,
azotaba las velas de tu barca.

Ellos pensaron que eras un fantasma
que en medio de la noche había surgido
mientras que un cielo atroz y ennegrecido
contra la nave de tu Iglesia se lanzaba.

Soy Yo, dijiste y el trueno se callaba;
no tengan miedo, me quedo con ustedes,
sólo les pido un poco de confianza.

¡Ánimo! Mantengan viva la esperanza,
si la tormenta y el viento me obedecen,
sólo la Fe les dará la paz del alma.


DEJADAS YA LAS REDES...
Mc 1,14-20

Dejadas ya las redes le creyeron,
dejando atrás la barca, padre, hermanos,
aferrados a Dios y de su mano
se fueron detrás de Él y lo siguieron.

El Maestro predicaba y comprendieron
que su voz era un eco muy cercano
de la llamada profunda del arcano
y del misterio total al que se dieron.

Y su mar era el mundo al que vinieron
aferrando la vida y su regalo
llamados desde siempre en el Amado
para vivir la misión que compartieron.

Cuando pasó por la playa lo escucharon
y su voz les resonaba muy adentro
era un llamado total que desde dentro
los liberaba para Dios y se entregaron.

Porque el tiempo se ha cumplido y ha llegado
al momento de decidirse por el Reino,
de recibir en la vida su Evangelio,
de dejarlo todo atrás por el Amado.

Porque Dios está cerca y ha llamado
a aquellos que serán sus pregoneros
para que vayan al mundo mensajeros
a decirle que el exilio ha terminado.

Pescadores de hombres convocados
para echar la red de su Palabra,
para llevarla al hombre y predicarla,
para entregar su vida entusiasmados.

Fueron Simón y Andrés, Juan y Santiago
los primeros que, al verlo lo siguieron,
los que al escuchar su Palabra comprendieron
que el tiempo de entregarse había llegado.




JAIRO. (Mc 5,21-43)

Un padre desconsolado
porque su hija está grave
se acerca a Ti porque sabe
que tu amor puede salvarlo.

Que le impongas Tú las manos
te ruega con insistencia,
que se apiade tu clemencia
de un hombre desesperado.

A tus pies postrado, Jairo,
jefe de la sinagoga,
con insistencia te implora
que te avengas a ayudarlo.

-Si ya tu hija está muerta
no molestes al Maestro,
comunica un mensajero
que el obre Jairo se acerca.

- No tema, Jesús le dijo,
que no decaiga tu fe
no es verdad lo que se ve
sino lo que dice el Hijo.

Tu hija tan sólo duerme
como duerme el pueblo entero
que olvida al Dios verdadero
y no lo conoce el verme.

Y llegaron a la casa:
gritos, alboroto y llanto,
el luto del desencanto
ante la vida que pasa.

¡No está muerta, sólo duerme!
y el llanto desesperado
deja el corazón cerrado
porque no pueden creerle.


Y con su padre y su madre
entras en la habitación
en que yace la ilusión
cuando la fe no se abre.

Talita Kum, tú le dices,
levántate, te lo ordeno
y muestra a mi Padre Bueno
cuando a sus hijos bendice.

La niña se levantó
y se puso a caminar
y Jairo empezó a alabar
al Dios que la revivió.



CAMINO, VERDAD Y VIDA ( Jn 14,1s)

No te inquietes, no te preocupes, no te turbes,
creés en Dios, creé también en Mi;
si hasta el final mi sangre Yo la dí
para que se vuelva el manto que te cubre.

Me voy tan solo un tiempo y no te dejo,
te preparo un lugar en casa de mi Padre,
el lugar del reposo, la habitación de la paz que ya te invade,
una mansión que apague tu deseo.

Vengo pronto, esperame que ya vuelvo,
mantenete preparado porque vengo a buscarte en un momento,
quiero que estés conmigo, que compartas mi vida y mi aposento,
porque tu lugar soy Yo, Soy Yo tu destino y tu alimento.

Yo soy tu camino, el que caminás sin comprenderlo,
el que te lleva junto al mar de la memoria y el recuerdo,
el de los bosques de tilos, de abedules y de almendros,
el de los valles soleados, el de las cumbres nevadas y los cerros.

Yo soy el camino de las amapolas azules y el desierto,
el sendero seguro entre los acantilados del misterio,
el puente que cruza las nadas y el precipicio de los miedos,
el sendero iluminado de las noches con las estrellas de tu cielo.

Yo soy el camino seguro de la confianza sumergida en el misterio,
de la esperanza que atraviesa las desconocidas montañas que te ofrezco,
el de las cumbres del hielo, el del sol encendido como un fuego,
el que recorrés en las profundidades mismas de tu pecho.

Un camino en la verdad que te descubre el rostro desconocido que revelo,
el de la llave que abre el cofre de los tesoros de tu anhelo,
el de la ciencia que ilumina tu mente y te da el conocimiento,
el que te deja contemplar la hondura de las maravillas del misterio.

Yo soy la verdad profunda que te libera desde dentro,
la que rompe las cadenas y las máscaras de hierro,
la que te dice quién sos, la que te muestra tu rostro en el mío sin un velo
la que te dice mi Amor, la que te vuelve único y eterno.

Yo soy la vida misma que se te ofrece sin medida,
la que calma tu sed de eternidad y te inhabita,
la que sentís en el fondo de tu ser cuanto tu corazón palpita,
la que ilumina tus ojos de amor cuando me miras.

Yo soy la vida que corre por tus venas cuando el día se marchita,
la que te enciende en ocaso de purpúrea pasión cuando el Amor invita,
la que te impulsa a buscarme cuando la soledad aprieta fría,
la que perfuma el jazmín cuando en la noche se abre y ofrece su delicia.

Yo soy tu Camino, Yo soy tu Verdad, Yo soy tu Vida.
Yo soy el Alfa y la Omega de tus horas y tus días.
Soy el origen del camino que recorres, la meta de tus ansias y tu dicha.
Yo soy el que te toma de la mano y en el viento del camino te acaricia.




¡LÁZARO, CAMINA!

-¡Lázaro, camina! Es la voz del Amor la que te llama.
No es ese tu lugar, no es el sepulcro de los muertos,
no es la tumba, no es el abandono de lo incierto,
tu lugar soy Yo, tu casa es el Padre que te ama.

¡Lázaro, levántate! Alzate de la morada de los muertos,
escucha mi voz que es la fuerza que te arranca
del letargo, del dolor, del pecado que desgarra.
¡Ven fuera! ¡Camina! Arranca ya las vendas de tu cuerpo.

Tu destino es la luz, amigo mío.
Recibe los rayos del Sol de la justicia.
La que se manifiesta en tu rostro y con su vida,
la que contemplan tus ojos reflejados en los míos.

Porque la vida soy Yo y la regalo a mis amigos sin medida.
Yo soy la resurrección que te libera del mundo de los muertos.
Yo soy la Vida para siempre, si lo crees se han abierto
para ti las puertas del cielo, de la luz y de la Vida.

No morirás para siempre si es en mi Amor que esperas y confías.
Pues Yo tengo poder sobre la muerte.
Vine para vencerla, para secar las lágrimas dolientes,
para anunciar a los que lloran que la desolación está vencida.

¡Álzate mi amigo! Aquí te esperan los tuyos, está Marta, está María.
Los que lloraron de Amor resignando tu partida.
Tus compañeros de viaje fecundando la Palabra del Mesías.
¡Ven Lázaro!¡Se testigo! Es mi Amor que da la Vida.




DONDE HAY DOS REUNIDOS EN MI NOMBRE...

Donde hay dos reunidos en mi nombre
transformando en vida mi Palabra,
sedientos de una vida que no acaba
que puso su morada entre los hombres.

Yo me hago presente como aquel que salva
de la soledad, del dolor, del abandono,
de la angustia, de la tristeza, del encono,
del desamor y la noche en que se muere el alma.

Yo me hago encuentro en la palabra recibida,
calidez en los ojos que perdonan,
el abrazo y el beso en que se donan
los corazones que se vuelven acogida.

Soy el fundamento de la amistad donada
y el amor de los ojos que se brindan,
el eco del as palabras que cautivan,
la serenidad de la paz recuperada.

Yo soy la mano que se tiende amiga,
receptividad incondicional en la mirada,
la tranquilidad que puede dar una palabra,
las lágrimas de una despedida.

Soy la presencia más allá del horizonte,
la memoria del as horas compartidas,
el sabor del recuerdo, el brillo en la sonrisa
y el gozo de sentirse hombre.

Me vuelvo esperanza de un camino compartido
en el que mi presencia exorciza la soledad funesta.
Soy compañía, providencia, protección y fiesta
de la vida que comparten los amigos.



CANÁ

Ya quedó atrás la Alianza del monte perfumado
con el incienso del Dios de los profetas;
ya volaron su vuelo las águilas inquietas
que clavaron sus ojos en el seno del amado.

La cantina de Díos ha abierto sus bodegas
y el vino de tu ley embriaga un pueblo santo;
el tiempo de las bodas comienza con el canto
de los bienaventurados de la nueva era.

Eres Tú el vino que en Caná se ofrece,
la copa embriagadora de la Alianza eterna;
eres Tú la fiesta, el banquete, la cisterna
que se abre en el desierto de la muerte.

Eres Tú el esposo verdadero de tu pueblo
que suplicando te dice: no hay más vino;
el que cambia el agua en el festín divino,
el que emborrachas de amor y de consuelo.

Corriste de repente el velo, fiel Cordero
y mostraste tu semblante a la esposa enamorada,
el torrente caudaloso del amor de tu mirada
le descubría el rostro del Esposo verdadero.

Cambiaste el trueno del monte en palabras de ternura,
los rayos y centellas por unos ojos mansos,
el temblor de la tierra en tu pecho fue el encanto
del pálpito que enamora a la esposa en su dulzura.

Ha comenzado la fiesta y el pecho enamorado
encontrará en el alma callada su aposento
en el que el esposo y la esposa ya sin tiempo
se entregarán uno al otro en amor transfigurado.






PERMANEZCAN EN MI AMOR... Jn 15,9

Permanezcan en mi Amor
y encontrarán la alegría
la que regalo en mi Vida
la que supera el dolor.

Permanezcan en mi Amor,
en el fuego que origina
la fuerza del que camina
por los caminos de Dios.

Cumpliendo mis mandamientos,
la Palabra que se encarna,
la que recrea en el alma
mi vida y mis sentimientos.

Pues como el Padre me amó
así también los he amado
y mi Amor resucitado
es Espíritu y pasión.

Entrega sin condición
servicio sin recompensa
alegría y complacencia
sólo en la obra de Dios.

Permanezcan en mi Amor
y el mundo será distinto,
cuando los ojos son limpios
recupera su sabor.

Las flores serán más rojas
y más verdes las praderas
el invierno primavera
si del frío se despoja.

Verán con los ojos nuevos
la realidad de las cosas,
al alma en la que se goza
el que creó los luceros.

Si permanecen en Mi
sus ojos verán milagros
allí donde me consagro
en el Amor que les di.

Pues mi Palabra es el alma
de la vida renovada
del sol que vuelve alborada
la noche de las entrañas.

Es bálsamo matutino
rocío de miel silvestre
y horizonte en que se pierde
la mirada en el camino.

Permanezcan en mi amor
y en mi Verbo fecundados
vivirán enamorados
y así sabrán que Yo Soy.



ME VOY AL POADRE... Jn, 14,27s

Me voy al Padre, me voy y no los dejo
pues quedo para siempre con ustedes
les dejo mi paz para que al mundo entreguen
y sean en la tierra mi reflejo.

Me voy al Padre tal cual como he venido
para equ el mundo crea que lo amo
para entregarle la obra de sus manos
reconciliada en un mundo redimido.

Me voy al Padre y su Espíritu divino
derramaré sobre aqeullos que me aman
el Espíritu de vida que derrama
el amor que en mi pecho está escondido.

Les mostrará mi secreto y mi camino
los llevará por la senda del desierto
los salvará del mundo de los muertos
y mostrará mi verdad como destino.

Espíritu de paz y de consuelo
de fortaleza y valor para la lucha
luz y claridad del que lo escucha
sabiduría y conocimiento verdadero.

Él vence el principado de este mundo
elimina el temor y da la vida
es el alma del pueblo que camina
del peregrino del Amor el rumbo.




YO SOY LA VID... (Jn 15,18)

Yo soy la vid y ustedes los sarmientos
Yo soy la savia que corre en tus entrañas
el que alimenta y en la noche te acompaña
el que te da su sangre en alimento.

Yo soy aquel que te limpia en su Palabra
y sin el cual estéril permaneces
Yo soy la fuente del fruto que me ofreces
y el germen de la vida que no acaba.

Soy el que poda tu viña y la fecunda
con el Espíritu del sol y agua de vida
esencia de tu vida y energía
soy el sabor de los frutos en que abundas.

Yo soy la vid de la que bebes vino bueno
la bodega, el torrente de delicia
el zumo que en tus labios acaricia
el gusto de lo eterno bajo el cielo.

Permanece en mi vida y no te alejes
porque sin mi no puedes hacer nada
soy el Esposo del alma enamorada
el sol que con sus rayos te protege.

Tú eres la gloria y el gozo de mi Padre
si permaneces en Mi y en mi Palabra
si discípulo humilde te consagras
en el vino transformado de mi sangre.

Serás entonces una simple eucaristía
que se ofrece en sus frutos de Amor puro
un racimo de gracia ya maduro
para entregarse al Amor en la vendimia.




VENGAN A MÍ LOS AFLIGIDOS ( Mt 11,28-30)

Vengan a Mí los afligidos,
descansen en Mí los agobiados,
aquellos por la ley sobrecargados,
los que están fatigados y oprimidos.

Vengan a Mí y encontrarán alivio:
Yo seré tu reposo y tu descanso,
serás como un niño en mi regazo,
Israel, Yo Soy el Señor que te cobijo.

Toma mi yugo, mi ley, mi mandamiento
y verás cómo es suave mi Palabra,
cómo reconforta la sequedad del alma
y renueva el Amor mi pensamiento.

Aprende de Mí, manso y humilde
en lo profundo del corazón herido,
Yo le doy consuelo al afligido
y descanso seguro al que lo pide.

Aprende de Mí y encontrarás alivio
y la paz anidará tu pensamiento,
mi Espíritu tomará tus sentimientos
y el perfume de los míos tu camino.

Aprende de Mí que soy paciente
y te espero cuando estás arrepentido,
Yo Soy bálsamo para el dolorido
y doy perdón al penitente.

Yo seré tu paz, tu alivio y tu consuelo,
mi yugo envolverá tu pensamiento
cuando mi Palabra te unja como ungüento
y pruebes en mi Espíritu tu cielo.



PRESENTACIÓN DEL SEÑOR


Entra la luz al templo y purifica
la oscuridad de los tiempos ya pasados,
entra la luz y lo deja consagrado
para la vida que en Dios se glorifica.

Entra el sol en su casa y la renueva
y el altar se enciende renovado
en holocausto de vida transformado
hecho ofrenda el Amor que ya se entrega.

Entra el sol en el templo y es hoguera
que en el fuego divino se ha quemado,
es llama viva de Espíritu entregado
al hombre que en su fuego se recrea.

La luz enciende el templo y es un faro
que señala al peregrino ya su meta,
orientación segura en la tormenta,
rumbo cierto y camino esperanzado.

Primogénito de luz, el Hijo amado
como antorcha divina está encendido
en el Espíritu del Padre concedido
a los hijos en el Hijo transformados.

Porque el tiempo de la espera ha terminado
y las profecías del Amor ya se han cumplido,
una Nueva Alianza y un pueblo renacido
en la luz que desde siempre lo ha gestado.

Aclame Israel a su Dios santo,
alabe al esperado de los tiempos,
Él le dará la luz como alimento
y un pueblo nuevo entregará su canto.

Oh María que acunas la justicia,
y que llevas el Sol entre tus brazos,
porque la luz se enciende en tu regazo
eres el trono de la luz y de la Vida.


Presentar un hijo al templo es entregarlo
como ofrenda en la hoguera de Amor vivo
como primicia de los dones recibidos
restituidos a Dios al adorarlo.

Es en la ofrenda misma irse quemando
como incienso en el brasero de las horas
como fragancia para el Dios que la enamora
y que al cielo se ofrece perfumando.

Estupefactos los ángeles contemplan
lo que desde siempre han contemplado,
al Hijo que se entrega enamorado
al Padre de la luz que lo genera.

Y es el Amor que en esa entrega se recrea
el que en el templo se enciende consagrando
la ofrenda de la vida que hace santo
el sacrificio de la Historia que renueva.