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CUANDO LLAMAS, SEÑOR...

Cuando llamas, Señor, tu voz resuena
con la fuerza del trueno entre los montes
y recorre el valle en que se esconde
el río de la vida que me llena.

Tu voz potente como el trueno que del cielo
denuncia a Pablo su error y lo derriba
le muestra la misión y le confía
el anuncio del Reino de los cielos.

Delicada tu voz como la brisa
que percibe Samuel en sus oídos
cuando ansioso por servirte te ha ofrecido
su corazón atento y su sonrisa.

Una llamada a todos dirigida
a vivir la santidad que se derrama
desde la cima del monte que proclama
la llegada de la tierra prometida.

Es la brasa que quema en Isaías
y su boca purifica en fuego santo
el ardor de su alabanza y de su canto
incendiando en tu Amor su profecía.

Es llamada al Amor tu voz potente
que seduce a los hombres que la escuchan
y que enciende la fe de los que luchan
por vivir su vida plenamente.

ES tu voz la llama que redime
y levanta a Mateo de su abismo
la que da un nombre nuevo en el bautismo
y en el sello de tu Espíritu se imprime.

Es tu voz la que invita a una respuesta
radical, audaz, comprometida,
invitación a entregarte a Ti la vida
cuando tu elección se manifiesta.

Es tu llamada impulso misionero
que llena el corazón del que ha partido
es la que deja el corazón herido
y del Reino de los cielos prisionero.

ES GRANDE EL RESPLANDOR...

Es grande el resplandor de tu Belleza
fulgurante la luz que se desprende
más allá de la conciencia que comprende
el esplendor de tu faz en su realeza.

Eres el sol que en su luz se manifiesta
preñado del brillo de la gloria
el camino consumado de la historia
y en el alma el estallido de la fiesta.

Brilla la humanidad en su hermosura
y en tu rostro el suyo se refleja
eres la belleza consumada que nos deja
el Amor que se enciende en tu figura.

Brilla en Ti la verdad con fuerza nueva
y la entraña de las cosas se revela
porque tu luz que penetra y que consuela
enciende en ella la chispa que recrea.

Arde en tus ojos el sol sin consumirse
y tu mirada enciende la nostalgia
de un mundo de luz y de tu gracia
de una tierra que el cielo quiere abrirse.

Es la belleza del Amor que en Ti se enciende
que quema muy adentro y que contagia
es la llama del Espíritu de gracia
que me envuelve en su fuego y me trasciende.

Es tu Amor que resplandece sobre el monte
un Amor que está de luz transfigurado
por el hombre pecador crucificado
y en el misterio eucarístico se esconde.

Es el Amor de la luz que me ilumina
que abre mi mente a la verdad buscada
el que se esconde en el alma enamorada
que en el desierto de la vida peregrina.

Oh Señor, Sumo Bien, Sol de justicia
que penetrando mi noche la haces día
Tú enciendes en tu fuego mi alegría
y me regalas de tu cielo la primicia.

SOY EL PAN...

Soy el pan que alimenta tu jornada
el alimento de la vida que no muere
el maná que en la vida se requiere
el pan del peregrino en la alborada.

Soy el don del Padre que te ofrece
la eternidad abierta desde el cielo
el alivio, la energía y el consuelo
la presencia de un Dios que permanece.

Verdadera comida que te sacia
y que colma en su Amor al hombre hambriento
soy el manjar de la Vida y el sustento
de aquel que se dirige hacia mi casa.

Soy el pan templado con el fuego
del Espíritu que habita mis entrañas
sabor del misterio que en el alma
abre la puerta del Amor primero.

Soy el vino purísimo que embriaga
la sed de plenitud y de hermosura
de la bodega celeste la frescura
el licor que desde el cielo se derrama.

Embriaguez del deseo que no muere
la respuesta a las ansias de tu pecho
el que despierta tu ilusión deshecho
en el lagar del Amor que te conmueve.

Verdadera bebida embriagadora
la fuente de la esperanza que te mueve
el regalo del Padre que te quiere
la sangre que se entrega y te desborda.

Bebe mi sangre, ven, come mi cuerpo
y habitaré tu vida para siempre,
yo plantaré en tu seno la simiente
del Espíritu que desciende de mi cielo.

Vivirás por mí , tendrás mi vida
se llenará de mi presencia tu jornada
habitaré la entraña de tu nada
y colmaré tus horas de alegría.

EN LA CAVERNA SECRETA DEL ARCANO

En la caverna secreta del arcano
una serena noche del estío
en el oscuro misterio así tu mano
y hacía frío.

Afuera la intemperie arremetía
inhóspita la selva se empapaba
de la lluvia torrencial que se abatía
desatada.

Fue la caverna refugio que en la noche
del vendaval y el viento protegía
y en el silencio de su vientre encontré el goce
de la vida.

Fue necesario recorrer a ciegas
el laberinto que profundo penetraba
en la interior bodega en que tu vino
se ocultaba.

Sin otra guía que el deseo de encontrarte
y escuchando la voz que hablaba dentro
recorrí mi laberinto con el ansia
del encuentro.

Y comprendí entonces que tu mano
guiaba cada uno de mis pasos
allí donde el mundo se quedó lejano
fue tu abrazo.

Fue la caverna gestación de un orden nuevo
desde la entraña misma de la roca
y en la montaña mística su seno
ya te invoca.




TU CUERPO...

Tu cuerpo está desnudo, como el pan sacramentado
atravesado de luz, lleno de sol, transfigurado.
Serena humanidad que transparenta al contemplarlo
la paz de eternidad en la que entró para salvarnos.

Icono del misterio por los siglos ocultado
sobre los brazos yace, de una Iglesia que despierta,
un cuerpo que es la puerta que al cielo queda abierta
escándalo a los ojos que lo ven desfigurado.

Encarnación del dolor y de la muerte, su figura
conserva la victoria en los profetas anunciada,
la humanidad, en nueva Alianza, al fin reconciliada
que recupera en tu carne entregada su hermosura.

Distendido a los pies de un patíbulo inhumano
lavado por el llanto de un cielo atormentado
llevas el sello de la tortura cruel y de los clavos
y les muestras a los muertos tu victoria soberano.

Adán y Eva, sorprendidos, te reciben exultantes,
los patriarcas te esperan con palmas en las manos
es fiesta para el hombre de la muerte rescatado
te aclaman los profetas y los siglos expectantes.

Envuelto en el silencio que el lino contenía
en la quietud adorante de un cielo reposado
el sábado te acoge en el descanso consagrado
y prepara el nuevo culto que tu vida prometía.

En él te has vuelto pan de comunión y eucaristía
la vida sin ocaso que en tu sangre ya se bebe
la imagen rescatada del hombre que no muere
el lugar del encuentro con el Padre de la vida.




YO TE REGALO...

Yo te regalo, perfecta, la alegría
la que surge del manantial de la Palabra
la que inunda el corazón y lo consagra
a la alabanza en que se enciende cada día.

Te consagro en la fuente de la dicha
en el pozo del Amor que brota intacto
desde la fuente misma del Dios Santo
y te lava del pecado y su desdicha.

La alegría de sentirte redimido
y en la fuente de mi Amor reconciliado
la alegría de estar ya resucitado
en el Reino que te tengo concedido.

La alegría de mi paz que sana el alma
y perfuma como un bálsamo tu historia
felicidad que sana la memoria
y la transforma en fuente de esperanza.

La alegría que surge en mi presencia
cuando el tiempo, con su ritmo, te acaricia
y la liturgia perfumada de la brisa
te acompaña en las horas de la ausencia.

La alegría del canto de las aves
en las vísperas de un otoño sonrojado
o en el beso de un aromo perfumado
que se ofrece en color de flores suaves.

Yo te regalo la alegría del encuentro
la que exorciza la soledad y su penumbra
la que estalla en los ojos que se alumbran
y en la mirada que se dona en un momento.

La que encuentra el corazón hecho plegaria
y se irradia en la belleza de mi rostro
la que descubre mi mirada ante tus ojos
y te enciende en el fuego de mi gracia.




FLORECEN COMO UN PRADO...

Florecen como un prado de amapolas
del corazón los dulces sentimientos
y se ofrecen a tu sol los pensamientos
enrojecidos en el cielo de la aurora.

Son pétalos sutiles del esbozo
que tus manos dibujan en el tiempo
los suspiros del alma en el aliento
perfumado en el beso del Esposo.

Un prado enrojecido y palpitante
abrevado en las arterias de la tierra
un jardín de emoción en que se encierra
el deseo de un espíritu anhelante.

Un prado de amapolas que se ofrecen
a un sol que se dona sin medida
su luz que las abraza agradecida
Y su calor que las envuelve y enternece.

Metáfora de vida y esperanza
de una Amor que en el mundo languidece
un sueño de la pascua que se ofrece
un prado que despierta a la alabanza.




DE NUEVO ES PRIMAVERA

De nuevo es primavera
y una Pascua que florece en las entrañas
los prados y la tierra solitaria
los cerezos en flor y vida nueva.

El sol entretejido en cabellera
de abedules que acarician en el viento
la brisa vespertina y su lamento
un sol al horizonte y la pradera.

Tus ojos en el cielo
su brillo que en las hojas reverdece
la gracia del Amor que se me ofrece
en pétalos de aroma y de consuelo.

Muy fresco en la memoria
el adiós, la amistad, la despedida,
la vida que se entrega sin medida
y el tiempo que en su paso me hace historia.

El paso de tu Amor que se derrama
en un rosario con pétalos de incienso
el beso en tu Palabra y el comienzo
de aquel canto de Amor que llena el alma.

De nuevo es primavera
y florece el corazón sus ilusiones
peregrino de un Amor sin condiciones
contemplando el rostro en el que espera.




UN NUEVO DÍA...

Un nuevo día, tu luz que se levanta,
me mueve la esperanza de encontrarte,
me levanto con ganas de alabarte
en medio de las aves que te cantan.

Se despierta el ansia de tu vida,
de la luz que amanezca sin ocaso,
de la liturgia del cielo en el abrazo,
del Amor que se dona sin medida.

Tu Espíritu me mueve a la alabanza
y canta el corazón el canto nuevo,
la música del Reino en el que espero,
la certeza que mueve la esperanza.

Te bendigo por el sol que se regala,
por el verde de los pinos y las fuentes,
por las flores de colores tan alegres,
por la mañana en tu luz iluminada.

Te agradezco los ojos que contemplan
la maravilla de la vida renovada,
la liturgia de gaviotas, la alborada,
amanecer de primavera que deleita.




LA BRISA Y LAS CAMPANAS

La brisa y las campanas
anidan en el alma tu belleza,
el sol y la certeza
tu gracia que en el mundo se derrama.

Presencia soberana,
plegaria que destila la frescura,
el parque y la ternura
del pájaro que canta entre sus ramas.

La luz que se levanta
el brillo de tus ojos en el cielo,
el aire y el jilguero,
los salmos y tu música en el alma.

Mañana de Domingo,
aroma de tu cielo en los jardines,
fragancia de jazmines
y el toque de tu voz en mis oídos.




EL PERFUME DEL AROMO

Nuevamente el perfume del aromo en primavera,
la fragancia de eucaliptos en el sol que se desliza
tu presencia acariciando mi cuerpo con la brisa
y en la mañana tu Amor que todo lo renueva.

Tu voz que me despierta en el canto de unas aves fugitivas
y el verde penetrante de cipreses en el parque
las golondrinas negras y juguetonas en el aire
y el cielo al que levanto mis ojos cuando siento que me miras.

Llegas a mi vida nuevamente en el sol que se levanta
y envuelves mi pensamiento, mis sentidos y memoria
penetras en el tiempo los recodos de mi historia
y besas con ternura el corazón cuando te canta.

Me vuelvo sinfonía de afecto divino entrelazado
en pétalos de magnolia dorada de Amor puro
entretejido en el aroma de las violetas y el murmullo
del viento que me envuelve en su soplo enamorado.

Estás presente encada cosa y me lleva a recordarte
la frescura del trébol prisionero de rocío en la mañana
el jilguero de topacio que besa mi ventana
y los jazmines que florecen para amarte.

Hoy querría en estos versos matutinos entregarte
el deseo de vivir sumergido en tu memoria
el impulso de ofrecerte mis días de magnolia
las ganas de vivir eternamente y alabarte.

Y querría en estos versos perfumados consagrarte
la jornada, el tiempo y el amor que me enamora
el aliento que fecunda el transcurso de mis horas
la dulzura de cielo que pruebo al contemplarte.

Y querría para siempre detener el pálpito del tiempo
permanecer en tu presencia admirando la belleza de tu rostro
fundirme en la mirada del Amor prisionero de mis ojos
y quedarme en los tuyos eternizando la dicha del momento.




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QUISIERA DECIRTE...

Quisiera decirte tantas cosas en silencio
sin que el sonar de las palabras interrumpa
la melodía del alma en la noche que se acuna
en el soplo del descanso y tu misterio.

Decirte en mi silencio que te amo enteramente
que sin Ti vivir no puedo solo mi destino
que te quiero gastando juntos el camino
en que la vida se devana dulcemente.

Quisiera decirte cuánto, amor, te necesito
y que la soledad sin Ti es calabozo de amargura
que sin no estás me mata la ausencia y la espesura
de la noche que se cierne sobre el mundo en el que habito.

Y quisiera decirte que mi vida está en tus manos
porque sólo en tu mirada me siento reflejado
que son tus ojos el cielo en que me encuentro amado
cuando el mundo se vuelve el paraíso que soñamos.

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EN UN ATARDECER

En un atardecer sentí en el alma
que de mis ojos se apoderaba tu belleza
sentí el fuego de tu sol y la grandeza
de la llama entretejida con la calma.

En un atardecer te di mis sueños
y volé entre las nubes del ocaso
y el calor de tu presencia fue el abrazo
que me dejó prisionero en un momento.

En un atardecer volvió la vida
a encenderme en la llama que me quema
en la presencia melancólica y serena
del sol que el horizonte vivifica.

En un atardecer dejé el olvido
entre las sombras viejas del pasado
pues me dejaste de nuevo enamorado
más allá de los días que se han ido.




SI DEJARA DE MIRARTE...

Si dejara de mirarte
la vista perdería en mi su cometido
sería tan absurdo el ojo distraído
que no encontrara el valor de contemplarte.

Si dejara de mirarte perdería
en mi alma la luz que la ilumina
se enturbiaría la fuente cristalina
en la que bebo el Amor al encontrarte.

Si dejara de mirarte opacaría
el brillo que en mis ojos resplandece
y ahogaría la llama que enardece
la búsqueda que comienzo cada día.

Si dejara de mirarte se enfriaría
el Amor en su llama primigenia
perderían su aroma las gardenias
y la paz al temor sucumbiría.

Porque mirarte es mi búsqueda sincera
es plegaria anhelante en un suspiro
amarte con los ojos que te miro
abrirse como flor de primavera.

Pues contemplarte es decirse en la mirada
y extasiarse en el rostro más amado
es fundirse en tu belleza enamorado
y atravesar el horizonte de la nada.

Pues contemplarte es anhelo que se lanza
implorante al infinito de tus ojos
y es desearte en la mirada en que me arrojo
mientras camino peregrino de esperanza.




EN UN ATARDECER

En un atardecer sentí en el alma
que de mis ojos se apoderaba tu belleza
sentí el fuego de tu sol y la grandeza
de la llama entretejida con la calma.

En un atardecer te di mis sueños
y volé entre las nubes del ocaso
y el calor de tu presencia fue el abrazo
que me dejó prisionero en un momento.

En un atardecer volvió la vida
a encenderme en la llama que me quema
en la presencia melancólica y serena
del sol que el horizonte vivifica.

En un atardecer dejé el olvido
entre las sombras viejas del pasado
pues me dejaste de nuevo enamorado
más allá de los días que se han ido.



LA LUNA Y LA AVENIDA

La luna, la avenida,
los coches y hace frío,
la luna sobre el río,
me llena tu alegría.

Tan plena y distraída
solemne se levanta
y en su silencio encanta
mis ojos y mi vida.

Una luna serena
una noche tranquila
y el aire se respira
tan fresco en primavera.

Tu cielo adormecido
la luz que se refleja
las aguas que se alejan
y su vida en el río.

Erguido tu castillo
un ángel lo custodia
consagra la memoria
que arranca del olvido.

La luna lo acaricia
y el muro es el suspiro
del alma enamorada
que se alza junto al río.