Poesía religiosa y mística cristiana
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Un perro; Tamaño real= 240 píxels de ancho




ROSTRO DE CRISTO

Esencial, elocuente, iluminado,
sereno, pacífico y profundo,
soberana, su mirada sobre el mundo
la ternura del Amor resucitado.

Tu rostro que desvela la Belleza
y transparenta el cielo en su figura
sacramento de toda la hermosura
la puerta que va al Padre en su pobreza.

Santuario del encuentro realizado
de la Alianza en la carne consumada
en el cuerpo que hiciste tu morada
y se encuentra en el cielo entronizado.

Irradia una bondad de Amor fecundo
misericordia fiel y amor sincero
aceptación sin condición ni retaceo
bendición que se derrama sobre el mundo.

La paz que me invita a la plegaria
la suavidad que acaricia en mirada
frescura de la vida rescatada
que se ilumina en su fuente trinitaria.

Es tu rostro solaz de mi reposo
un nido y la acogida de mi vuelo
anticipo de todo lo que espero
ofrecimiento encarnado del Esposo.




ICONO DE CRISTO II

Zarza en la que arde, divino, tu misterio
templo de verdad reveladora
en tu imagen el cielo se atesora
y supera, del ser, el cautiverio.

Puerta del cielo en que se abre
la eternidad en el tiempo que transcurre
sacramento de la luz que se descubre
como un niño en los brazos de su madre.

Tu imagen es altar en que te entregas,
consagrada, en tu misterio, la materia
divinizada en la luz clara y eterna
que se encarna en la llama de unas velas.

Tu imagen es el cuerpo rescatado
de las fauces del mundo de los muertos
el cielo ante los ojos siempre abierto
el cuerpo del que está transfigurado.

Y es por eso que quema tu hermosura
en el icono en que arde tu Belleza
encendido en la llama y la realeza
del que desvela, radiante, tu figura.

Contemplarte es arder sin consumirse
encendido en esa llama que ilumina
en el fuego del Amor en que culmina
el culto verdadero que nos diste.

Porque en tu rostro se enciende la Belleza
que trasciende el límite y el tiempo
la gloria en que se sacia el sentimiento
y el Amor en que se entrega la pureza.




ICONO DE CRISTO

Tu rostro es esencial, locuaz, cercano
transparencia de un mundo que no veo
una luz en el espacio en queme muevo
la epifanía divina de lo humano.

Un rostro hecho de luz, austero y claro
profundo en su mirar y en su silencio
la mirada del cielo que contemplo,
augusto, majestuoso y soberano.

Rostro de eternidad que queda abierta
a la irrupción nupcial de mi mirada,
totalidad de donación transfigurada,
acogida del Amor que en mi despierta.

Misterio de humanidad resucitada
y anticipo del reino pregustado
el rostro del Amor crucificado
que me entrega su vida en la mirada.


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CUANDO SE APAGUE EL SOL...

Cuando se apague el sol serán tus ojos
los que iluminen en la noche las tinieblas,
los que disipen en el alma toda niebla
resucitando de la tierra sus despojos.

Cuando se apague el sol será tu rostro
el que ilumine la vida de los hombres,
el cielo será alabanza de tu nombre
el templo santo en que ante Ti me postro.

Cuando se apague el sol en tu mirada
en la que arden de Amor los serafines
se encenderán las almas que redimes
en luz de eternidad enamorada.

Cuando se apague el sol, en tu mirada
resurgirá la creación por siempre nueva,
estallará definitiva con tu primavera
la humanidad en ti resucitada.

Cuando se apague el sol, la ciudad santa
brillará en la luz de tu belleza
se vestirá con lino de pureza
y aclamará tu gloria en alabanza.

Se encenderán luceros en el cielo
que brotan de tu rostro luminoso,
serán antorchas de un coro melodioso
que proclama tu victoria y tu consuelo.

Cuando se apague el sol, con él el tiempo
dejará su carrera inexorable,
con él la experiencias entrañables
se fundirán en tu Amor en un momento.

Condensará tu mirada el sentimiento
de permanecer para siempre en tus entrañas,
en la liturgia que celebra las hazañas
del pueblo que en tu Amor cruzó el desierto.

Cuando se apague el sol y tu día resplandezca
tu justicia brillará como la aurora
será tu Iglesia un pueblo que te adora,
los peregrinos que esperan que amanezca.



La belleza de la imagen




























Cristo

UNA NUEVA MAÑANA EN QUE ALABARTE


Una nueva mañana en que alabarte
que se levanta en la luz del Sol naciente
en el fuego que se enciende de repente
en el pecho del hombre al adorarte.

Un día más en la experiencia de encontrarte
compartiendo el jardín del hombre nuevo,
un río de vida en el que me recreo,
un día más en el que vivo para amarte.

La filigrana de luz que ya me envuelve
y se entreteje en el alma de las cosas
me permite contemplar que son hermosas,
el espejo de luz en el que puedo verte.

Tu Espíritu que es aliento del misterio
descubre nuevamente tu presencia
insinúa del Amor la permanencia
y transforma en paraíso el cautiverio.

Enciende hogueras ardientes en el frío
y purifica la noche en sus desvelos,
es la fuente de todos tus consuelos
y la presencia del cielo prometido.

En Él desaparece, del misterio, la distancia
y se colma mi sed de trascendencia
es luz del paraíso encontrado y transparencia
del Amor divino que es meta de mis ansias.

Tu Espíritu de Amor todo lo mueve
y en lo profundo del alma te consagra
la vida que me diste para darla
en la ofrenda matutina que me envuelve.

Y por eso quiero cantarte un canto nuevo
en el coro de la creación que se despierta
ser voz y melodía que surge de la tierra
adorador del Dios viviente en el que espero.

A Ti la gloria, Padre que regalas
la luz de tu presencia matutina
la gracia en la que el hombre se encamina
la providencia amorosa en que nos amas.

A Ti la gloria Hijo eterno y entregado
en la cruz del Amor para salvarnos
Tú que vienes con el sol a iluminarnos
par llevarnos al Padre en tu costado.

Gloria al Espíritu fuente de la vida
que se renueva en su calor cada mañana
el santificador en el Amor que se derrama
la fuente de la alabanza y la alegría.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO






JESÚS SEÑOR Y SALVADOR DEL MUNDO

Jesús Señor y Salvador del mundo
que de las sombras de la noche te levantas
como el sol al que la aurora ya le canta
expresando sus anhelos más profundos.

Recibe la oración que presentamos
en el altar de la mañana que ofrecemos
y haz que durante el día te cantemos
en las horas en que en el mundo trabajamos.

Recibe como ofrenda nuestras vidas
que entregamos a la gloria de tu Nombre
pues con su trabajo el hombre te responde
y recrea en el mundo su alegría.

Te damos gracias por el día que comienza
por la luz en que se envuelve cada cosa
pues en tu luz nuestra alma ya se goza
cuando penetra iluminando la conciencia.

Danos hoy tu Espíritu de vida
de santidad, de consuelo y fortaleza.
Que vivamos proclamando tu realeza
y esperando la llegada de tu Día.

A ti la gloria desde ahora y para siempre
Padre Santo creador del Universo,
al Hijo Santo de tu Amor excelso
y al Espíritu que lo hace aquí presente.

Una familia de vacaciones; Tamaño real= 180 píxels de ancho

FIDELIDAD ES TU NOMBRE PARA SIEMPRE
(Himno de laudes)


Fidelidad es tu Nombre para siempre
porque cumples en el tiempo las promesas
porque en le historia y en la vida eres sorpresa
y novedad que se despliega de repente.

En tu recuerdo vivimos nuestros días
y transcurre la labor de la jornada
esperando tu casa por morada
caminando peregrinos día a día.

Y en el momento en que la aurora se levanta
nuestro canto se eleva con las aves
vuela la mente hacia el cielo que se abre
y bendice al mundo que le canta.

Alabado seas Señor del Universo
adorado por siempre y exaltado
tu mantienes a tu pueblo esperanzado
caminando su vida hacia tu encuentro.

Pues peregrinos habitamos nuestro mundo
sabiéndonos viajeros de infinito
movidos por el soplo de tu Amor bendito
caminamos en Aquel que muestra el rumbo.

Glorificado seas Padre Santo
fuente de luz, de calor y vida nueva,
porque en tu Hijo el mundo se recrea
y en tu Espíritu te exalta con su canto.




























































CUANDO DESCIENDE LA SOMBRA...
Vísperas


Cuando desciende la sombra
queda tu luz encendida
en el alma que te mira
y el corazón que te nombra.

Duerme el sol y el horizonte
se tiñe de su belleza
símbolo de tu grandeza
cuando proclama tu nombre.

Serena duerme la tarde
y en el silencio reposa
el alma que en ti se goza
cuando reza al contemplarte.

El día ya se oscurece
queda encendida tu llama
la del Amor que te llama
y en el alma resplandece.

Gloria a Ti trinidad santa
adorado sea tu nombre
y el misterio en que se esconde
el hombre cuando te canta.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

AL SEÑOR DEL UNIVERSO

Al Señor del universo,
al Dios de todo consuelo,
a Aquel que reina en el cielo,
al Dios del Amor excelso.

A ti nuestra gratitud
nuestra oración y alabanza
pues en ti nuestra confianza
alcanza su plenitud.

A Ti todo honor y gloria
en profunda adoración
en Ti nuestro corazón
ha alcanzado la victoria.

Gloria al Padre de los cielos
amoroso y providente
al que creó la simiente
y bendice nuestro suelo.

Gloria al Hijo Salvador
que en la cruz venció la muerte
el que cambió nuestra suerte
y en su Amor es redentor.

Gloria al Espíritu Santo
Señor y dador de vida
fuego eterno y alegría
que alimenta nuestro canto.






 Una familia de vacaciones; Tamaño real= 180 píxels de ancho

MI MADRE Y MIS HERMANOS (Mc 3,31-35)


Mi madre y mis hermanos son aquellos
que se dejan atrapar por mi Palabra,
los que la escuchan sin querer acomodarla
los que la viven con el amor primero.

Son aquellos que todo lo han dejado
y caminan en libertad por mi camino,
los que ponen en mis manos su destino
y me siguen aunque esté crucificado.

Son aquellos que no se escandalizan
cuando propongo con franqueza mi doctrina
porque viven la verdad que la ilumina
y en el fuego de mi Palabra se bautizan.

Son aquellos que muestran con sus obras
la confianza y la fe con la que viven
los discípulos que el Espíritu me piden
y viven en su soplo que enamora.

Los que viven del Amor la profecía
y me siguen paso a paso en todo tiempo
los que han dejado las quejas y lamentos
pues mi presencia los llena de alegría.

Son aquellos de la fiesta anticipada,
del Reino prometido ya presente,
los que se van transfigurando lentamente
porque viven una vida iluminada.

Son aquellos que se entregan sin reserva
y experimentan del Amor su providencia
los que lavan en mi fuente su conciencia
y en la pureza de mi Palabra se conservan.

Mi madre y mis hermanos son aquellos
que se entregan al Amor sin condiciones
que del Espíritu siguen sus mociones
y al Padre adoran con culto verdadero.


Los que renuevan en el agua del Bautismo
la vida que renace a vida nueva,
aquellos que en la lucha no se entregan
porque viven su fe con heroísmo.

Los que viven la vida en la esperanza
de que se cumplan las cosas prometidas,
los que reciben la gracias concedidas
como anticipo de la gloria en alabanza.

Pues mi madre y hermanos son aquellos
que el Padre en su Amor me ha regalado
las primicias de un pueblo consagrado
que refleja, de su gloria, los destellos.

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HIMNO A LA LUZ

Luz de la mañana que te enciendes en el pecho
de los que a tu abrigo se abren a la vida,
calor del Amor infinito que al Amor convida,
aurora viva que despiertas al Amor del lecho.

Oh remolino luminoso y vivo que me envuelve,
Oh torbellino del Amor eterno en la mañana,
Oh ráfaga de cielo que penetras del alma la ventana,
Oh amor de trinidad enamorada que me enciendes.

Eterno devenir del Amor que se hace historia
e historia de un Amor que es Alianza de la vida,
vida de su luz que es manantial de la alegría
cuando su caudal enamorado inunda la memoria.

Oh cascada de luz y eternidad que el mundo llena
del Amor que es realidad de un cielo compartido.
Oh fuente divina de la luz que al pecho herido
de nostalgia de Amor y de tu paz das vida plena.

Oh luz que en el comienzo venciste en las tinieblas
el poder de la muerte que sobre el mundo se cernía
cuando en Ti la creación probó de Dios la cercanía,
burbujeante de vida nueva el seno de la tierra.

Oh divina energía de un mundo peregrino,
del universo entero mantenido en movimiento,
espíritu del Sol que fecunda el pensamiento
y acompaña al caminante confiado en su camino.

Oh luz irradiación de su bondad y su ternura,
atmósfera divina que a los ángeles encanta,
tu belleza sin igual encendió la ciudad santa
en la mirada amorosa de Aquel que la asegura.

Tú eres la santidad del cielo azul que me desborda,
el reflejo de un Amor trinitario y permanente,
el movimiento de la danza en que el amor se enciende,
la melodía en el ritmo del Amor que me transporta.

Tú eres la sonrisa de las estrellas que ilumina
en la noche la oración que el fuego eleva al cielo,
la mirada de la luna que llena de consuelo
acompaña serena su vigilia vespertina.

Eres celebración anticipada de las bodas
en que el Cordero divino desposa la materia,
redención del peso que la somete aquí en la tierra,
explosión de santidad cuando el mundo se enamora.

Eres la nueva ley que en el alma se libera,
la bienaventuranza celestial del hombre nuevo,
el soplo del Espíritu que redime al prisionero,
la santidad original que en el mundo se despliega.

Fecundidad desbordante y semilla de la gloria,
transfiguración del hombre hecho a tu imagen,
divinización del que has querido semejante,
claridad de eternidad que esclarece su memoria.

Inhabitación y hoguera del Amor primero,
fuego que va quemando las horas de la historia,
alma de la materia que te contiene y trayectoria
del pueblo que en el Amor experimenta su apogeo.

Tu nombre es para siempre resurrección y vida,
llamada primordial de santidad que se libera,
esplendor de la vedad y color de primavera,
transparencia de Dios en una historia redimida.

Oh luz que en el origen eterno de los tiempos
iluminabas la creación de Dios cuando surgía,
Oh esplendor del Creador que le hacías compañía
cuando soplaba sobre el agua, del Amor el viento.

Tú danzabas reflejada en la cresta de las olas
en el mar que a la luna su poesía regalaba,
te deslizabas en el vals de la marea enamorada
al ritmo del tiempo en que se van las horas.

Tú enciendes el brillo en los ojos de los niños
y despliegas la pureza que llama a la inocencia,
Tú recubres el orbe en un manto de clemencia
y te viertes en los rostros que sienten tu cariño.

Ante tu presencia acogedora quedarán radiantes
los que se abren al rayo sanador de tu misterio,
porque con tu presencia se termina el cautiverio
de la oscuridad y la ignorancia en sus semblantes.

Tú resplandeces en el rostro de los serafines
que se queman al fulgor de tu presencia santa
y te enciendes en los ojos que el Amor encanta
cuando te contemplan en el sol los querubines.

Oh esplendor fontal de la Jerusalén celeste
que se alegra participando de tu esencia,
resplandor de los santos que acogen tu clemencia,
vestido de los mártires vencedores de la muerte.

Oh diadema preciosa que coronas las virtudes
de aquellos que vivieron al soplo de tu brisa,
Oh corona de gloria del Amor que se eterniza
en los hombres que imitaron de Dios sus actitudes.

Surges desde el corazón primordial de la Belleza
que se entrega en el Amor esencial de las personas,
armonía de la paz sustancial en que te donas,
sabiduría del Amor que emana su pureza.

Tú habitas las entrañas de blancura de la nieve
y enciendes los cirios en la noche de tu Pascua,
te revelas en la luna recostada sobre el agua
y en el relámpago en el cielo cuando llueve.

En el mar escondes tu belleza entre las perlas
y las ostras custodian el tesoro de tu brillo,
en las flores de nácar o en el ámbar amarillo
que transparenta tu gracia, incapaz de retenerla.

Tú eres el brillo en el rostro del Padre enamorado
engendrando desde siempre la niña de sus ojos,
eres la impronta de su Amor que habita entre nosotros,
resplandor de su sustancia en Espíritu entregado.

Tú eres memoria del Hijo que en su gloria inmensa
abraza en su imagen la creación para salvarla,
eres el alma del Ángel que quiere enamorarla
y conducirla como esposa fiel a su presencia.

Tú eres el manto santo del Espíritu que engendra
la nostalgia, en el corazón, de un cielo inmenso,
eres la linfa vital de aquel Amor intenso
que en la Pascua permanente del Hijo se alimenta.

A Ti la gloria que mereces, Padre bien amado,
sol de justicia que desde siempre se renueva,
a ti el honor, Oh luz de sus ojos que nos llena
del calor y la bondad de su Espíritu entregado.